En Veracruz, la hacienda de Jacinto Yáñez se encuentra en medio de terrenos de compañías petroleras extranjeras, que intentan por todos los medios deshacerse del legítimo propietario. Corre el año de 1937 cuando con engaños, el esbirro de una de las compañías, lleva a Los Ángeles a Jacinto y lo asesina. Los petroleros invaden sus tierras e imponen condiciones inhumanas a los peones. El texto de B. Traven que plantea, novelados, los antecedentes de la expropiación petrolera, sirvió de base a esta cinta de alto costo (producción de CLASA, con su equipo de lujo) que por absurdas e inexplicables decisiones político-burocráticas, no obtuvo autorización de la Secretaría de Gobernación para ser exhibida. El eufemismo intentaba disfrazar lo que en realidad ocurrió: la película estuvo prohibida durante once años.
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