El crac del 29 fue seguido de la Gran Depresión: millones de personas perdieron su trabajo, sus ahorros y su hogar. Una nación basada en un principio según el cual el éxito está al alcance de todo el que trabaje por obtenerlo, estaba hundida en una pobreza insuperable. El sentimiento dominante era el miedo, el fatalismo y la desesperación. Tanta desolación propició la eclosión de nuevas y poderosas fuerzas sociales que se pusieron de manifiesto en febrero de 1937. Nacía la era del estrellato. La maquinaria de la fama estaba a punto de ponerse en marcha. En ese momento surgió Seabiscuit, el caballo ceniciento que rompió records en el handicap de Santa Anita.
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